Pesadilla en Elm Street 2: La venganza de Freddy [1985] [Castellano]

Pesadilla eficaz
Primera de las secuelas de la popular “Pesadilla en Elm Street” de Wes Craven, la mítica película del asesino con cuchillos en lugar de dedos, rey de las pesadillas de los jóvenes personajes con gran riesgo de muerte en caso de quedarse dormidos.
Cierto es que es una película hecha sin muchos fondos y con un nivel de talento relativamente mediocre, pero también hay que admitir que “Pesadilla en Elm Street 2. La venganza de Freddy” no es todo lo mala que podría ser. De argumento muy similar al de la primera parte, se nos presenta a Jesse, un muchacho de unos diecisiete años que acaba de mudarse junto a sus padres y su hermana a la casa donde años antes la protagonista del primer filme, Nancy, sufriese aquellas horribles pesadillas con Freddy Kruger como protagonista. Poco a poco, los sueños de Jesse serán cada vez más inquietos, hasta que llega un momento en que Freddy posee al adolescente y le impulsa a cometer horribles crímenes.
Como secuela de un filme de terror, la película no tiene mayor interés que el de contentar a los fans de la original o a aquellos a los que nos gustan este tipo de producciones. Y eso, de primeras, lo consigue. Lo consigue gracias a un argumento entretenido pese a su previsibilidad, gracias a su eficiente puesta en escena y a sus logrados efectos (y más teniendo en cuenta sus bajos fondos y la época en que fue rodada). Freddy Kruger se muestra aún más sanguinario que en la primera película, en la línea de todas las secuelas del subgénero, que son bastante más violentas y sanguinolentas que su predecesora. Sin embargo, la cinta no se cae por su peso al no centrarse completamente en el elemento gore, sino que intenta dar sustancia a sus personajes, y aunque los resultados son discutibles, ya se perciben intenciones más allá del dinero.
Las interpretaciones de los actores son bastante decentes, aunque como en cualquier producción barata hay momento de sobreactuación molestos. El maquillaje y los efectos especiales se mantienen en la línea de la primera parte, aunque cabe destacar la escena final del incendio, donde asistimos a un momento de descomposición bastante desagradable y por ende logrado. La ambientación es pasable, con una fotografía de tonos oscuros y un score olvidable pero eficaz, que incluye en los créditos finales la canción “Did you ever see a dream walking?” de Bing Crosby.
En conclusión, una película que aun siendo mediocre parece haber sido hecha con nobles intenciones, procurando no desmerecer a la entrega original de Wes Craven con infinitas dosis de gore y momentos teen bochornosos como los que poblaran otras secuelas de otras sagas. Pasable.
Nota= 5.4